El amor de una familia no puede ser suplantado, quizás con estas palabras esta familia decidió adoptar a seis hermanos que ahora estaban separados. Ya teniendo 3 hijos, Ángela y Elliott decidieron hacer algo que cambiaría sus vidas y la de los niños que estaban en medio de esto.
Una madre que hoy en día sabía lo que era pertenecer a una casa refugio, pues en su niñez había vivido en carne propia lo que era estar a la espera de ser adoptado en un hogar de acogida. Esa era la vida de estos pequeños que habían sido separados de sus demás hermanos.
La importancia de un verdadero hogar
Ángela, quien era maestra y tutora, junto a su esposo, Elliot, quien era asociado a Pratt & Whitney, una empresa de motores para transportes. Había padres de crianza certificados, ¿Qué significa esto?, simplemente el hecho de estar autorizados a darle un hogar temporal a un niño de estos hogares de acogida.
A pesar de la dificultad que esto supone, el ser un padre de acogida evita el papeleo extenso y a veces problemático que este desencadena. Una oportunidad única para ayudar a esos niños abandonados que no habían tenido la fortuna que otros han tenido.
En fechas del 2019 la fundación Hope Faster Care les había dado la noticia, ahora estaban certificados como padres de crianza. Como era de esperarse, Ángela no esperó para hacerse presente en alguna de las casas de acogida en fechas navideñas.
Sin saber que ese día escucharía el regalo que quería una niña de diez años. Pues entusiasmada, esta pequeña había hecho una lista de cosas que quería, anotando al final de la lista cómo es ser adoptada.
Una decisión importante para los Turbeville
No era cualquier cosa adoptar a esta niña, pues al indagar más sobre ella, sabíamos que tenía 5 hermanos. Los cuales debieron ser sacados de su hogar por la falta de garantías para los pequeños. Esto no se hizo sin antes intentar ayudar a la familia que estaba en condiciones de riesgo, pero solo no se logró.
Ahora, separados en las diferentes casas de acogida de la ciudad, soñaban con ser adoptados todos por la misma persona. Deseaban que los llevaran a esquiar y conocer mucho más, pero lo que más deseaban era simplemente no ser separados.
Una decisión no únicamente difícil para la pareja, que ya tenía 3 hijos, era una historia que simplemente había llegado al corazón de la pareja, que quería cumplir con ese sueño para todos estos pequeños que sabía no contaban con más nadie.
Era momento de tener su propia familia
Una sorpresa muy agradable se llevaría el 20 de diciembre en la mañana, cuando los 6 hermanos ahora reunidos recibieron el mejor regalo de todos. Sin saber que iba a pasar, los chicos se reunieron en la casa de Angela y Elliot, en Georgia, Estados Unidos. Pero a pesar del factor sorpresa que querían mantener, fue imposible evitarlo.
El gran cartel frente a su hogar los había hecho sorprenderse, las palabras que aquí había escritas eran “es el día de la adopción”. Era inevitable que alguien lo preguntara, pero uno de los niños preguntaba si de verdad habían sido adoptados. Ángela, sin más que pensar, respondió “Hoy, vamos a la corte para terminar el proceso de adopción”. Siendo las palabras textuales de esta madre.
Los hermanos estaban encantados de usar el apellido Turbeville
Una de las mejores noticias para estos niños era que así como podrían utilizar el apellido Turbeville, sería que ya tendrías un hogar donde todos podrían estar juntos. Pues sin ningún problema, estos chicos están tan alegres como su nueva madre por darles algo que ellos tanto anhelaban, un futuro donde crecer juntos.
Así mismo, la visitadora social compartía la misma alegría que las madres y todos sus hijos adoptados. Sabía que en parte esto lo hacía para romper un ciclo que Ángela había vivido. Y sin más nada que decir, Ángela fue felicitada incluso por la jueza por esta muestra de amor sincero como madre que era ella.
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