Todo lo que conocemos del mundo que nos rodea proviene de la interpretación de los sentidos.
No hay nada más hermoso que ver la carita de nuestros hijos cuando van descubriendo el mundo. Cada cosa que llama su atención, su rostro de curiosidad y asombro, son retratos que quisiéramos guardar en nuestra mente para siempre.
Vista, olfato, tacto, gusto y oído, se convierten en un mundo fascinante para nuestro bebé, sobre todo durante sus seis primeros meses, que son de un constante aprendizaje.
Las experiencias sensoriales resultan agradables y benefician enormemente el desarrollo de nuestro pequeño, razón por la que se torna fundamental la estimulación, comunicación, y movimiento.
¿De qué manera podemos ayudar a nuestro dulce tesoro con esto? Muy fácil: creando una caja de estimulación sensorial. Tranquila, no se trata de algo caro, sino que simplemente de una cajita donde tengamos guardados objetos y materiales capaces de estimular los sentidos a través de actividades y juegos.
Una manera práctica para saber qué materiales son los indicados, es que sean artículos que fomenten la curiosidad. Pueden ser de estimulación táctil, visual o auditiva, pudiendo realizar una misma caja que incluya los materiales para estimular los diferentes sentidos, o una caja por cada uno de ellos.
Algunas ideas de los materiales son: tejidos de diferentes texturas, recortes de revistas, cintas, tiras de plástico, papel de diario, papel aluminio, celofán, pelotitas de plumavit, esponjas de diferentes texturas, hojas de distintas formas y colores, y todo lo que vayas viendo que es llamativo para tu bebé.
Estas actividades pueden ser realizadas por todos los niños, teniendo en cuenta que los objetos que utilicemos no sean peligrosos para ellos. De todas formas, nunca debemos dejarlos solos con los materiales, supervisando siempre lo que hacen.
Comment here