Una de las peores cosas que puede sufrir un niño en sus años escolares es el prejuicio de sus compañeros y docentes, ya que esto afecta directamente en su desarrollo y crecimiento. En este contexto, quienes más lo suelen sufrir son las personas con capacidades diferentes, o quienes, por distintos motivos, son diferentes al resto, pero no por ello menos que los demás.
Esto mismo lo sabe muy bien Daniel Clark, un joven que siendo solo un niño fue calificado como “severamente discapacitado intelectualmente” por su condición autista. Sin embargo, logró demostrarles a todos que tiene muchas habilidades para los estudios.
Leah Rauch Clark, madre de Daniel, contó la historia de su hijo a través de una publicación que hizo en la página Love What Matters. La mujer contó que, desde pequeño, su hijo ha atravesado muchas dificultades, pero que estas no han sido limitantes para él, sino todo lo contrario. Consciente de ello, aprendió a superar todos los desafíos que se le presentaron.
“Durante más de 13 años mi hijo Daniel no tuvo voz. Al tener problemas con el autismo y la apraxia, puede emitir sonidos, pero no puede articular palabras claras. Sus habilidades motoras finas son tan limitadas que le resulta imposible escribir. No puede agarrar un bolígrafo o lápiz con precisión.”
Intentar que su hijo aprendiera con los métodos tradicionales de enseñanza fue un camino difícil, pero lo tomaron de todos modos. Durante el proceso, Leah se dio cuenta de que la escuela le había causado un enorme daño al tener necesidades que no eran atendidas. En cambio, con la mecanografía, logró notar avances en el pequeño Daniel.
“Se quedó en casa y todos los días intentábamos, tratamos de usar una cuadrícula y luego un teclado QWERTY en su iPad, para comunicarnos de manera efectiva. Lo que quisiera, si escribía la palabra, lo conseguía. ¿Oreos? Escribía las cinco letras. ¿Paleta de hielo? Puedes hacerlo. ¿Macarrones? Escríbalo y haré dos cajas.”
Con ello, Daniel se vio obligado a comunicarse con los demás de alguna manera, tenido mucho que decir para que lo entendieran. Ella trata de complacer a Daniel en todo lo que le pide a través de su teclado, aunque los dulces horneados son sus preferidos.

Todo esto que su madre le enseño era muy distinto a lo que la escuela opinaba sobre él. Daniel fue demostrando, que, a su modo de expresarlo, era mucho más inteligente de lo que podían imaginar los demás y la mecanografía fue un gran avance tanto para él como para su familia, ya que pasó la gran mayoría de su vida sin poder comunicarse.
“El niño fue etiquetado como severamente discapacitado intelectualmente por nuestro distrito escolar. Recientemente, obtuvo una A en álgebra 2, así como en todas las demás clases que ha tomado en su escuela en línea en Texas Connections Academy.”
Ahora, Daniel está a solo un año de terminar la escuela secundaria con las mejores notas y su madre está orgullosa de él, pues sabe todo el esfuerzo que implicó conseguirlo. A pesar de tener mucho para decir, sigue siendo un proceso difícil, pues solo logra hacerlo con un solo dedo y requiere una gran concentración para lograrlo.
Teniendo a su hijo como un ejemplo, Leah invita a todas las personas e instituciones escolares a ser más inclusivas con las personas que padecen de autismo o cualquier otra discapacidad.
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