En los últimos años, el tema de la crianza y los comportamientos de los niños y padres ha sido un tema de debate. Mientras que hay algunos que prefieren que sus hijos puedan expresarse libremente y ser más flexibles, hay otros que no están de acuerdo con ello y prefieren métodos más conservadores.
En este sentido, miles de personas se han pronunciado al respecto, expresando su opinión. Desde aquellos que no quieren ser padres nunca por distintos motivos, hasta aquellos que no quieren tener que compartir su espacio con niños revoltosos e irrespetuosos, mucho menos, si sus padres no hacen nada para controlarlos.
Uno de los temas de los que más se ha hablado respecto a los niños, es la manera en la que deben comportarse en los espacios públicos, como los restaurantes, por ejemplo. Aquellos que son padres, saben perfectamente que salir a comer con sus hijos no es sencillo, especialmente si son pequeños.
Y es que ellos se aburren fácilmente, suelen causar rabietas o se ponen inquietos buscando alternativas para divertirse. Sin embargo, la tarea de cada padre es supervisar que sus hijos no estén molestando a los demás o que no estén haciendo algo peligroso que perjudique su propia integridad.
En este contexto, una mujer oriunda de España, utilizó sus redes sociales para contar los dueños del restaurante al que había ido a comer con sus hijos los echaron. En lugar de disfrutar de un momento agradable en familia, terminaron viviendo un mal momento debido a que sus hijos eran “revoltosos”.
“Fuimos a merendar con cinco niños y les pedimos algo de comer a cada uno. Apenas terminaron empezaron a jugar en el patio y uno de ellos tocó la pared con el pie, y solo por eso nos dijeron que nos fuéramos. Este lugar no es para niños.”
La mujer, quien es madre de cinco niños, denunció la “falta de paciencia” del personal del restaurante con ella y su familia. Debido a que ella no quiere que sus hijos estén todo el día “enchufados” a la tecnología, por lo que cuando salen a dar un paseo, les permite que jueguen libremente.
“No queremos que nuestros hijos estén todo el día con teléfonos y tabletas, pero con este tipo de sociedad cada vez odiamos más la risa de los niños, que ahora nos parece molesta. Veo que no hay muchas otras opciones. Realmente es absurdo.”
Quizás, con lo que no contaba la mujer era con que el dueño del restaurante ubicado en Granada, España, se pronunciara al respecto. El hombre, no se quedó de brazos cruzados y dio a conocer su versión de los hechos, explicando que no fue solamente porque uno de los niños había pisado la pared, sino que habían sido groseros desde que llegaron.
“Los niños pueden jugar y gritar todo lo que quieran, son niños, Dios no lo quiera. Pero cuando comienzan a patear la pared repetidamente hasta que se vuelve negra, ¿qué pasa con eso? Cuando tiran una pizarra en las ventanas y se cuelgan de una barandilla de madera, a punto de romperla, lo más normal es que, como propietario, pida a los padres que supervisen a sus hijos.”
Además, el dueño del restaurante, explicó que no por el simple hecho de que hayan pedido consumiciones para todos los niños debía soportar sus actitudes groseras.
“Me responden que tengo que aguantarme porque están consumiendo, aguanten ustedes a sus hijos en su casa y enséñenles respeto y educación, porque no todo vale. Hasta nunca.”, cerró.
Al parecer, el dueño del restaurante no tiene problemas con que los niños jueguen en el lugar, siempre y cuando no estén dañando las instalaciones. No solo porque después él deberá pagar los gastos por las roturas, sino porque ellos mismos se están poniendo en peligro y podrían lastimarse.
Pero tú, ¿qué piensas sobre esto? ¿Hizo bien el dueño del restaurante en pedirles que se vayan? ¿La madre debería haber supervisado mejor a sus hijos? ¿el personal fue intolerante?
Hizo muy bien, si bien, la señora madre de los niños solo dice una parte de los hechos, como que le de una patada a la pared, me imagino como tendrán la casa esos niños, lo que uno les permite hacer en la casa, lo hacen en todas partes, no van a respetar a nadie, porque en su propia casa no hay respeto, ni cuidado con las cosas, entonces, dañan en donde vayan y ella que ponga cuidado y les enseñe que si la casa la desbaratan, es su casa, y ella paga los daños, pero si dañan en otro lugar igual debe de pagar y no decir que deben dejar que hagan lo que les de la gana por el simple echo de que están consumiendo, eso no es disculpa para tolerar la grosería.