El castigo es una herramienta que existe desde hace años, esta ha sido usada por los adultos para criar, para educar a los hijos.
Como fue utilizado, prácticamente siempre, en la sociedad lo vemos como algo normal y es que es una forma de mostrar a los más pequeños que hay consecuencias si se hace algo que no está bien, si no pidieron permiso.
En la actualidad el castigo siendo utilizado, todos los padres de alguna forma u otra castigamos a nuestros hijos para poder eliminar o corregir una conducta, comportamiento molesto o inadecuado.
Esos castigos pueden ser no ver televisión, no salir durante un tiempo o incluso el no hablarles. Dichos castigos están bien, excepto por uno, el silencio, el no hablarles, ese no está bien.
Castigo de silencio a los niños
Lo cierto es que muchas veces hay padres que castigan sin motivos, por disparates y esto en muchas ocasiones los niños lo pueden vivir con injusto o incluso puede terminar provocando consecuencias negativas en el desarrollo.
Con esto se llega a la conclusión de que el castigo en realidad se trata de un método poco o nada educativo.
Los profesionales comentan que el castigar a los más pequeños con el silencio es mucho más peligroso que hacerlo con palabras.
Ten en cuenta lo siguiente, el mal uso de una palabra puede ocasionar conflictos, pero él no usarlas es mucho peor y esto más que nada cuando se lo utiliza como una forma de castigo para los más pequeños.
Este castigo que se lo impone con falta de gestos de cariño, con silencio o un trato superficial es degradante, genera malestar y rompe el vinculo afectivo padres-hijos. Lo siguiente es lo que se le provoca al niño con este castigo:
1-Baja autoestima: Si no obtiene alguna respuesta al comportamiento entonces no hay retroalimentación, lo que repercute en la autoimagen del pequeño que todavía está formando su personalidad. Se termina originando una gran inseguridad en el pequeño.
2-Tensión mental: Como no sabe lo que piensa la otra persona hará un esfuerzo por descifrar al adulto lo que a largo plazo termina provocando ansiedad y estrés en el niño.
3-Confusión: Cuando hay indiferencia no existe el mecanismo acción-reacción. Esto lo que quiere decir es que cuando el pequeño actúa de cierta manera, pero no se da una reacción producirá un desconcierto en él. Lo que afectará en la comunicación padres-hijos, haciéndolo todo mucho más difícil.
Otras formas de castigar
Hay muchas formas de castigar a los más pequeños y sin tener que estar haciendo cosas que luego le dejen consecuencias malas. Primero que todo tienes que fijarte en algo, no tiene la intención de hacer maldades, el tema es que hace muchas cosas por impulso.
Una de las mejores cosas que puedes hacer es prevenir, si sabes lo que hará busca la forma de evitarlo y muéstrale cómo debe reaccionar ante ciertas situaciones para evitar el castigo.
Otra cosa que puedes hacer es mostrarlo, dar el ejemplo de lo que quieres que haga tu niño. Si no quieres que grite entonces tu no lo hagas, porque si no lo verá como algo normal y lo repetirá. Sobre todo, y lo que no puede faltar es una gran dosis de paciencia.
Realmente sorprendente todo lo que uno, como padre o madre puede hacer pensando que esta bien, cuando en realidad estaríamos provocando un gran daño, así que por eso me es muy interesante como tratar al tesoro que tengo en casa