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Cinco niños que fueron criados por animales

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La niñez es una de las mejores etapas de las personas. Durante los primeros años, descubrimos el mundo que nos rodea. La inocencia y la facilidad con la que todo nos llega a sorprender es lo mejor de todo.

Claro está, que no todos los niños tienen las mismas oportunidades ni pueden crecer en un ambiente seguro y tranquilo como nos gustaría. Para algunos pequeños, la vida no es todo color de rosas, haciendo que su infancia sea completamente distinta a la nuestra.

La mítica historia de Rómulo y Remo, los niños criados por lobos, es conocida en muchas partes del mundo. Los pequeños habían sido abandonados a orillas de un lago, pero una loba les salvó la vida, los amamantó y los crio.

Desde entonces fueron criados como parte de la manada, hasta que Rómulo mata a Remo para convertirse en el fundador y primer emperador de Roma. De la misma manera que estos niños fueron criados por animales, en la vida real también sucede, mucho más de lo que podríamos imaginarnos.

A continuación, te mostraremos el caso de cinco niños que fueron criados por animales, llegando a tener una infancia sumamente extraña y fuera de lo normal.

Vanya Yudin

En 2008 el caso de Vanya Yudin, más conocido como el chico pájaro fue descubierto por las autoridades en un estado deplorable. Fue en Volgrad, Rusia, que el pequeño de 7 años se encontraba viviendo dentro de un pequeño departamento rodeado de jaulas, perchas y alpiste.

Vanya Yudin no era huérfano y mientras su madre salía a trabajar, el niño se quedaba en casa con decenas de pájaros que andaban sueltos. El pequeño no sabía hablar y cuando se movía realizaba movimientos corporales similares a los que hacen las aves.

Amala y Kamala

Las pequeñas hermanas se hicieron conocidas en todo el mundo como las “chicas lobo”. Ambas, fueron encontradas en una cueva en India en el año 1920 por el reverendo Shing, quien las rescató y las llevó a un orfanato.

En el hogar de acogida, las pequeñas se mostraban serenas y tranquilas. Lo extraño con ellas es que tenían hábitos nocturnos y un temperamento agitado y feroz. Al igual que los lobos, caminaban sobre sus manos y pies.

La historia de las hermanas fue algo trágica, ya que durante su estadía en el orfanato no se comunicaban con otros niños, pues no sabían hablar. Además, Amala cayó en una profunda depresión, perdiendo la vida un año más tarde. Mientras tanto, Kamala solo vivió nueve años más.

Iván Mishukov

Con tan solo 4 años, el pequeño Iván escapó de su casa, donde vivía en condiciones precarias con sus abuelos. Sus padres lo habían abandonado y nadie lo cuidaba ni lo alimentaba. Durante varios días deambuló por las calles hasta que se encontró con una familia de perros salvajes.

Iván comprendió enseguida que si él podía alimentar a los perros, ellos quizás lo protegerían. Así fue como comenzó a pedir comida en diferentes panaderías para él y para el resto de la manada.

En muy poco tiempo, el pequeño se convirtió en el líder de la jauría y cuando alguno de los perros conseguía algo de comida, la compartía con el resto. Dos años más tarde, fue encontrado por las autoridades y trasladado a un orfanato.

Natasha de Zabaykalsky Kray

El caso de esta niña de Chita, Nebraska es algo particular, pues eran sus padres quien trataban a Natasha como un animal. En 2009 fue encontrada por un grupo de trabajadores sociales en un suburbio de la ciudad y la rescataron.
La niña tenía tan solo 5 años y se comportaba como un perro. Al igual que estos animales, caminaba sobre sus manos y pies. Además, cada vez que alguien se le acercaba, los olfateaba, ladraba y les gruñía.

Debido al comportamiento de Natasha, el rescate no fue nada sencillo. Además, debieron entrar por la fuera a la casa, ay que sus padres se negaban a entregarla.

John Ssebunya

A los tres años, el pequeño John vivió una de las peores escenas que puedas imaginarte: su padre, quien padecía de serios trastornos mentales, asesinó a su propia madre. Asustado, huyó lejos y se quedó en un bosque viviendo con una familia de monos.

Luego de tres años, una mujer originaria de una tribu nativa encontró al pequeño dentro de un árbol. Nadie podía sacar al pequeño, quien se negaba a salir y su familia de monos se resistía ferozmente a los intentos de rescate del niño.

Tras varios intentos, lograron rescatar al niño, quien tenía varias heridas en su cuerpo y muchos gusanos en sus intestinos. John recibió atención médica y fue trasladado a un orfanato donde permaneció un largo tiempo sin hablar con nadie.

Fueron 8 años los que le costó poder adaptarse nuevamente a la vida en sociedad. Nuevamente, tuvo que aprender a comer con cubiertos, caminar en dos piernas, vestirse y hablar.

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