Si le preguntamos a cualquier mamá que les desean a sus hijos, seguro muchas de ellas nos responderán: “que sea feliz”. Y efectivamente las mamás nos esforzamos día a día para que nuestros hijos tengan el mayor bienestar posible.
Seguro tal como yo, pasas gran parte del día atendiendo necesidades de tus hijos, como preocuparse de que coman saludable, que duerman todas sus horas, que estén abrigados, de darles cariño y amor y un largo etc. Te quiero invitar que también puedas, en la medida que sea posible, dedicar algunos minutos a instalar nuevos hábitos que los ayudarán a vivir una vida más feliz.
Es por esta razón que en este artículo aprenderás acerca de cómo enseñarles a tus hijos a cultivar la gratitud.
Es importante que sepas que la gratitud puede definirse como la capacidad de apreciar, asombrarse, mirar lo bueno de la vida, reconocer la abundancia de nuestro entorno, enfocándonos en aquello que está presente y que nos hace felices. En resumen, experimentar gratitud es reconocer, valorar y disfrutar el presente, es decir, lo que hoy tenemos.
Las personas que expresan gratitud son personas más felices, optimistas, amables, empáticos, tienen más energía, experimentan más emociones positivas, entre otros beneficios y cualidades.
Expresar gratitud también nos aleja de la queja y nos invita a no poner nuestra atención en aquello que no tenemos o que no hacemos tan bien, sino en lo mejor de nuestra vida. Es importante que sepas que está en tus manos poder ayudar a tu hijo o hija a instalar el hábito de agradecer y puedes hacerlo con simples y entretenidas actividades en familia.
¿Te gustaría conocer algunas ideas?
La primera es el frasco de la gratitud, durante la semana pueden ir dejando sus agradecimientos en un frasco que se llamará el frasco de la gratitud, puedes usar post it o lo que quieras. Luego pueden definir que, durante el fin de semana, en algún momento de encuentro familiar, lean los agradecimientos y conversen acerca de ello, esto permitirá fomentar y cultivar la gratitud como un valor importante a integrar a la vida de tus hijos. Te sorprenderás con lindos mensajes de agradecimiento.
Otra idea es la ronda de gratitud, al iniciar algún encuentro en familia, ya sea el desayuno, la cena, un asado, etc., pueden hacer una Ronda de gratitud, de manera que cada miembro de la familia pueda manifestar su agradecimiento hacia otra persona fomentando así mismo este hábito.
Este ejercicio ayudará también a fortalecer los vínculos y experimentar otras emociones positivas (amor, orgullo, cariño, afecto, entre otros).
Tenemos también el mural de la gratitud, para esta actividad necesitarán destinar una pizarra, una pared o algo que puedan pegar en el refrigerador y la dinámica consistirá en que cada integrante de la familia dejaré mensajes de agradecimiento hacía otro miembro de la familia o simplemente agradecer algo bueno que les ocurrió en el día o la semana. Por ejemplo: “Mamá, gracias por prepararme mi plato favorito”, “Hermano, gracias por compartir tus juguetes conmigo”, “Agradezco que esta semana pude compartir con mi mejor amigo”, etc.
Por último, tenemos la retroalimentación positiva. Decir cosas positivas a nuestros familiares de forma espontánea fomenta la gratitud hacia los otros, así mismo nos entrenamos en destacar lo mejor de cada uno de ellos, por ejemplo: “Hijo, gracias por ordenar tu pieza hoy”, “Hija, gracias por ayudarme a cocinar”, etc.
Hay muchas otras formas de hacerlo, puedes usar tu creatividad e inventar nuevas maneras de expresar gratitud, lo importante es que periódicamente puedas reforzar este hábito y vivirlo en familia.
Carolina Pichuante A.
Psicóloga
Comment here