La crianza no es nada sencillo, sí lo sabemos. Nadie tiene la receta mágica para educar a un niño, sino que se trata de un aprendizaje constante, algo de todos los días. Como padres, muchas veces debemos enfrentarnos a situaciones complejas y no sabemos qué es lo mejor para nuestros pequeños.
Es completamente normal que un niño se enoje porque le han quitado su juguete preferido o si siente que alguno de sus padres no le está prestando la atención suficiente. No obstante, si esta situación se vuelve algo normal sin motivo aparente, seguramente algo anda mal.
Al igual que los adultos, los niños son personas que se estresan por las cosas que suceden en su entorno. La diferencia, es que ellos no cuentan con las herramientas que cuentan los adultos para expresarse y desahogarse. Cuando esto sucede, la única forma que tienen de transmitirlo es a través del enojo y la frustración.
Las madres se preocupan si ven a su hijo malhumorado seguido, o si su enfado es constante sin motivo aparente y muchas de ellas no saben qué hacer en estos caos. Lo primero y más importante es mantener la calma, pues difícilmente puedas tranquilizar a tu hijo si tú no lo estás.
Además de mantener la calma en todo momento, prueba siguiendo estos consejos:
- No grites ni levantes la voz, habla de manera pausada, transmitiendo calma.
- Abraza a tu hijo y hazle saber que lo entiendes
- No intentes hablar mientras está alterado ni explicarle que no debe reaccionar así, pues no escuchará nada de lo que tengas para decir.
- Nunca lo golpees a él ni a nada de tu alrededor, ya que esto puede producir peores reacciones a corto, mediano y largo plazo.
Una vez que haya pasado el momento de crisis y tu hijo por fin se haya calmado, pueden intentar hablar sobre lo que sucedió. Es importante comprender el por qué y buscar las mejores opciones para solucionarlo.
Otra muy buena opción es hablar sobre las emociones, aprender a identificarlas para poder expresarlas con palabras. De esta manera, lo ayudarás a desarrollar positivamente su inteligencia emocional y sabrá cómo actuar en esos momentos de enfado.
No es fácil aprender a lidiar con el enojo, la frustración o la tristeza. Por lo tanto, necesitarás primero ser consciente de ello y de que necesitarás mucha paciencia. Además, debes tener en claro que sus rabietas sin motivos no se solucionarán de la noche a la mañana, sino que será un proceso de aprendizaje y puede tomar un tiempo.
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