Qué bueno es saber que todavía quedan personas con corazones nobles todavía, ¿no es cierto? Este es el caso de Yasmeen Lari, una arquitecta altruista de más de 80 años, quien ayudó a más de 50 mil familias a rehacer su vida.
“Sentí que tenía que ir a ayudar. No tenía idea de lo que podía hacer como arquitecto. Nunca había hecho ningún trabajo en desastres, ni ningún proyecto en las montañas. No tenía mano de obra, había dejado mi práctica. Pero descubrí que, si haces algo más allá de tu zona de confort habitual, siempre llegará la ayuda”
Esta noble mujer, ayudó a construir más de 50 mil viviendas ecológicas capaces de soportar sismos. Las mismas fueron destinadas a aquellas familias que habían perdido su hogar luego del fuerte temblor de Pakistán, como parte de su programa Barefoot Social Architecture.
Como si esto fuera poco, también les dio un oficio para ganarse la vida: les enseñó como construirlas y como trabajar con baldosas de barro. La idea principal de estas viviendas es que pudieran volver a reconstruirse en caso de que fueran dañadas.
De esta manera, ellos mismos podrían reconstruir su vivienda rápidamente en lugar de esperar a que llegara la ayuda internacional. Yasmeen denominó a estos futuros emprendedores como “empresarios descalzos”.
Todo comenzó en 2005, cuando un fuerte terremoto de 7.6 grados en la escala de Richter azotó el norte de Pakistán. A su paso se llevó la vida de 80 mil personas y dejó a 400 mil familias desprotegidas.
Yasmeen Lari trabajó con las familias afectadas para reconstruir sus hogares utilizando materiales sencillos y fáciles de conseguir: piedras, cal, madera y los escombros que quedaron de las viviendas destruidas. Además, capacitó a las personas para que aprendieran como utilizar cualquier material disponible para reconstruir de una manera más segura.
En otras palabras, el objetivo de Yasmeen era que toda la población pudiera mantener una construcción con materiales básicos y ecológicos. En caso de emergencias, como la del terremoto, las personas pudieran realizar sus propias casas con conocimientos básicoso de construcción y diseño.
Gracias a los principios de esta gran arquitecta, la comunidad se ha integrado manteniendo un gasto mínimo. De esta manera, fue posible la realización de proyectos a gran escala dentro de todo el país utilizando muy poco dinero.
“En el futuro, todos debemos defender una arquitectura humanista e inclusiva impulsada por consideraciones ambientales, que pisa ligeramente el planeta y responde a las necesidades de la mayoría. (…) Los desfavorecidos y los que viven en los márgenes necesitan más, no menos, diseño para lograr una mejor calidad de vida.”
Así fue como Yasmeen Lari ha ayudado a más de 840 mil personas durante cinco años. En su trabajo, un país se benefició con la construcción de más de 50 mil viviendas de una habitación sin emisiones de carbono, 70 estufas de bajo consumo de carbono y decenas de inodoros sin emisiones de carbono.
Hola, buen día. Me encanto la historia. Todos deberíamos cuidar lo que tanto necesitamos. Dios bendiga a esta persona que fue capaz de demostrar que somos humanos. Saludos desde La Habana, Cuba.