No hay dudas de que ser madre es una de las profesiones más hermosas del mundo, eso no puede ponerlo nadie en discusión porque a pesar de que nos cansemos y demos nuestra vida a los pequeños, el verlos felices causa una satisfacción hermosa. Entregamos la vida por nuestros hijos, por la familia, por el esposo, por las obligaciones, por la casa, pero siempre falta algo.
Siempre nos olvidamos de una de las cosas más importantes y que es lo que ayuda a ser cada vez mejor para esas personas tan importantes de nuestra vida, estoy hablando de nuestro propio bienestar. No podemos olvidarnos de ello porque es lo que nos hace convertirnos en una mamá felizmente agotada. Es complicado, porque lo más importante es ver felices a los demás antes que nosotras, pero si no tenemos nuestro tiempo llega un momento en donde no podremos dar todo.
Ser madre es cambiar radicalmente
La verdad es que no nos importa tener puestos los mismos zarcillos por varios días ni tampoco utilizar la primera ropa que encontramos en el armario. Pues la vida cambia radicalmente, no se parece a lo que imaginábamos en el embarazo, pero ver todos los días a tu familia, a la que se ha formado gracias al amor de la pareja no tiene precio.
Lo primero en lo que pensamos cuando nos preguntamos cómo nos sentimos como madres, son todas las cosas difíciles que tenemos que hacer y pasar. A pesar de ello la respuesta será siempre la misma y es que estamos mas felices que nunca porque nuestros hijos son lo más valioso y gracias a ello podemos entender cuáles son las cosas que tienen más importancia en la vida.
No hay dudas de que habrá días que sean eternos y noches muy cortas, incluso puede llegar ese momento en el que no sepas ni siquiera qué día de la semana es. El cansancio te va a alcanzar, hará que quieras tirar la toalla muchas veces a pesar de que tengas la mejor compañía a tu lado. Pero así es la maternidad una mezcla de sentimientos.
Felizmente agotada
Definitivamente cuando nos convertimos en madres lo que ocurre es que no podemos hacer nada solas, ni siquiera podemos ir al baño, comer o tener una conversación por móvil tranquilas porque en minutos hay que cortar usando la frase: “te llamo luego porque el niño me necesita”.
Puede parecer un infierno, pero es la realidad de las mamás felizmente agotadas, de las mujeres que entregamos todo sin esperar nada a cambio. Lo damos todo porque queremos, pero aun así es muy importante cuidarnos, hay que pensar en nosotras porque si nos cuidamos y estamos bien, podemos dar el 100% a nuestros hijos, a nuestro esposo, a nuestra familia.
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