Mucho se habla sobre la labor que implica ser madre soltera. Sin embargo, no solo las mujeres se encargan de cuidar a solos a sus hijos. Este es el caso de un hombre que ha criado a su hija sin la ayuda de nadie y trabajando como un simple barrendero. Un claro ejemplo de que el amor es lo que realmente importa.
Tales Pereira ha trabajado toda su vida para darle lo mejor a su hija, quien ahora se recibió como médica. El padre, trabaja limpiando las calles de Goiânia, Brasil. A pesar de no contar con uno de los trabajos mejores pagos, Aline Castro ha recibido una excelente educación y hoy cumplió su sueño.
Para Tales Pereira, que su hija cumpliera el sueño de graduarse en medicina siempre fue lo más importante. Aline Castro era su mayor incentivo para levantarse todas las mañanas y salir a trabajar. De hecho, hasta financió un colegio privado para la escuela secundaria y asegurarse así de que recibiera la mejor educación posible.
La madre de Aline falleció de cáncer de estómago, cuando ella era apenas una niña pequeña. Fue en ese momento cuando Tales tuvo que asumir el rol de padre y de madre. Para ella, la enfermedad que se llevó a su madre siendo tan joven fue el motor para convertirse en médica y ayudar a salvar vidas.
Hoy, con 26 años, Arline Castro solo tiene palabras de agradecimiento para su padre, quien estuvo a su lado apoyándola en todos sus sueños.
“A mi padre, estoy profundamente agradecida por haberte tenido cada día conmigo, haciendo todo lo posible para ayudarme a cumplir con mis obligaciones. Preocupándome por mi bienestar y apoyándome con las más diversas formas de amor. Eres mi mejor ejemplo de lucha y determinación para vencer en la vida.”
En 2019, Aline completó su residencia en gastroenterología. En ese momento, Tales decidió jubilarse y descansar, luego de 36 levantándose todos los días a las 4:30 am. Ahora puede ver a el sueño de su hija realizado y ella aprovecha para mimar a su papá.
Por su parte, Tales se alegra de que su hija haya reconocido su esfuerzo, aunque lo más importante para él es el logro de su hija. Ahora Aline recuerda todo lo que enfrentó junto a su padre y lo ayuda con algunas facturas de la casa.
“Es muy emocionante. Todos hemos estado derribados. Hice mi parte y ayudé. Ahora ella cosechará las recompensas. Es una joya. Para llegar a donde llegó, es una guerrera.”
No cabe la menor duda de que la historia de Tales y Aline es una muestra de dedicación y compromiso. Ambos demostraron que luchar por lograr alcanzar tus sueños vale la pena.
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