Tanto para un hombre como para una mujer ser padres en la actualidad no es nada sencillo. En el pasado, el suelo de uno de los dos progenitores era más que suficiente para llevar el sustento a su hogar, incluso aunque tuvieran varios hijos.
Eso sin contar con que varios temas con respecto a la crianza no eran comentados ni criticados por los demás. En cambio, era algo que permanecía dentro de la intimidad de la familia. Ahora, en la actualidad es completamente diferente.
Gran parte de la sociedad se está planteando seriamente cual es la mejor decisión para sus futuros. Por lo tanto, muchos, se rehúsan a ser padres en algún momento de sus vidas, dándole más prioridad a otros aspectos. No obstante, aún hay otro porcentaje importante que sigue siendo padre o madre soltera, ya sea por decisión propia o no.
No es ningún secreto que criar a un hijo es todo un reto, mucho más cuando estás solo para hacerlo y no cuentas con un sistema de apoyo. Mientras tanto, la sociedad en la que vivimos no tiene nada en contra de las familias tradicionales, pero hace todo lo contrario lo que consideran diferente a lo “normal”.
La mayoría de nosotros, esperan que un papá y una mamá tengan un hijo y formen así una familia. Sin embargo, en los últimos años, es cada vez más visible que la vida en realidad no es todo color de rosas. En cambio, hay ocasiones en el que la mujer termina haciéndose cargo ella sola de sus pequeños.
Para poder hacerlo, una madre soltera necesita dedicar más horas de trabajo, pues es el único sostén de la casa. De esta manera, el escenario para ellas no es nada alentador, pues deben hacerse responsables de la crianza de sus hijos, de los quehaceres domésticos y cumplir con sus obligaciones laborales.
Todo esto hace que los sentimientos de culpa en una madre soltera comiencen a florecer y la misma puede venir de muchos lados. De la mamá por no tener tiempo suficiente para dedicarle a sus hijos; de la gente, por juzgarla sin saber cuál es realmente su situación personal; o del padre ausente, dependiendo de por qué no hay una figura paterna.
De esta manera, la gran mayoría de las madres solteras están presionadas bajo los estándares ajenos de lo que significa la maternidad y “ser buena madre”. A menudo, sostienen que no están dando lo suficiente de sí mismas y que no están haciendo todo lo que pueden para sacar su pequeña familia adelante.
Como consecuencia, las opiniones externas comienzan a afectarlas, quienes critican su comportamiento y el no estar tanto tiempo presente en la vida de sus hijos. La mayoría de las veces, lo hacen sin pensar en el daño que esto puede casuar en ellas, quienes están haciendo su máximo esfuerzo por poder cumplir con todo.
Es por ello que, como sociedad, debemos aprender a cambiar nuestro discurso y la manera en la que tratamos a las madres solteras. Pues tanto la cuestión emocional como la económica influyen en gran medida en los retos que debe enfrentar todos los días.
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