Lactancia

El dulce y amargo de la lactancia

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Los distintos sabores de una experiencia necesaria.

Es difícil expresar lo que se siente cuando comenzamos a dar de comer a nuestro bebé. Es un encuentro de sensaciones, entre el temor de saber si lo estamos haciendo bien, y la dicha de poder vivir una experiencia tan maravillosa como es la lactancia.

 

Pero esta práctica no siempre es tan dulce: ya sea por enfermedad de la mamita, o de su bebé, porque sentimos que no queda satisfecho, no está engordando, o por factores totalmente externos a nosotras, que tienden a escapar de nuestras manos, a veces la lactancia es muy difícil, o definitivamente imposible.

 

Es por eso que hablamos del sabor dulce y amargo de la lactancia, los distintos sabores que presenta esta etapa para una mamá. Sólo ten presente que incluso en una misma mamita, dos o más experiencias no tienen por qué ser iguales. Hay mujeres que confiesan que con su primer hijo fue un desastre, debiendo usar lactancia mixta, o sólo con alimentos y mamadera, pero que luego, en su segundo hijito, fue posible aplicar una perfecta lactancia materna exclusiva.

 

Por supuesto, la lactancia materna será siempre la mejor alternativa para tu bebé, por los múltiples beneficios que significa. Pero, si es el caso en que la mamá lo está pasando mal, y por lo que sea no disfruta con ello, o no tiene la ayuda necesaria, no queda más alternativa y se debe respetar.

 

El sabor amargo de la Lactancia

La depresión post parto existe y, sea por lo que sea, aún contando con el mejor escenario alrededor, hay mamás a las que les sucede. Es una de las razones de por qué una mujer puede no sentirse motivada a dar pecho. Una entre tantas, porque los motivos pueden ser muchos.

 

La inexperiencia y el no saber, que es absolutamente válido en una mamita primeriza sobre todo,  llevan a veces por caminos de dejar llorar al bebé, aguantar horas entre toma y toma sin practicar la lactancia a libre demanda, no hacer colecho cuando es necesario, las ideas y consejos que llegan en forma de lluvia sobre nosotras cuando ha nacido nuestro bebé, tantas y tantas cosas que te hacen perder el norte de tu propio instinto.

 

Lo importante es, mamá, que sepas que la relactancia es posible si es que has debido dejarla por motivos de salud. Si es por tus dudas y miedos, asesórate por profesionales y expertos, y comienza a vivir la experiencia desde cero. Si aún así no es posible, no te desesperes, una lactancia mixta siempre será una opción. Sólo disfruta la dicha de ser mamá.

 

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