La etapa en donde los pequeños comienzan a decir sus primeras palabras son muy emocionantes, especialmente cuando dicen “mamá” o “papá” por primera vez. Pero evidentemente esto es el inicio de un largo camino para aprender a comunicarse hablando.
El problema es que muchos padres tienen ciertas actitudes que lo único que logran es complicar el aprendizaje a sus hijos y en la mayoría de las ocasiones, no tienen idea que lo están haciendo.
Errores comunes que evitan que tu niño aprenda a hablar
Darles cosas antes de tiempo. Cuando le das cosas al niño antes de que este las pida, lo único que haces es ahorrarle ese “esfuerzo” que podría hacer para poco a poco aprender a pedir justamente eso que quiere.
Todo esto evidentemente es cuando ya comenzó a hablar y puede comunicarse de esa forma con nosotros. Lo importante es que le des lo que pide, que le enseñes cómo se llama y a partir de ahí, comience a pedirlo como se corresponde.
Paciencia. Enojarse o ponerse nervioso porque al pequeño le cuesta decir algo no es una buena reacción y un buen ejemplo para el niño. Recuerda que tienen sus tiempos, que no son los mismos que los tuyos. Intenta tener paciencia que tampoco es algo sencillo para él por más que te parezca que lo es.
Diminutivos o palabras que no existen. Intenta evitar usarlas cuando te vas a referir a ciertas cosas. Es normal que los niños cuando intentan decir algunas palabras (Sobre todo complicadas) les salgan palabras graciosas como por ejemplo: para referirse a la leche dicen “ete”, “eche”, etc.
Lo ideal es que tú le sigas diciendo leche, el nombre real. Para que de esta forma el pequeño sepa que se dice leche y que se esfuerce por decirlo de manera correcta.
Déjales hablar. No tienes que hablar por ellos, debes dejar que ellos digan lo que quieran, que se expresen y aprendan a pedir las cosas.
Si haces todo por él no le permiten procesar la información, no le dejas aprender y activar el mecanismo para hablar. Pero no únicamente vas a empeorar su desarrollo lingüístico sino además la socialización del pequeño, mucho cuidado.
Comparaciones. Las comparaciones no son buenas nunca, en absolutamente nadie. Todos aprenden de forma diferente, a ritmos distintos. Es por eso que jamás deberías comparar la velocidad de aprendizaje entre hermanos porque no solo es feo para el niño, sino que incluso ayudas a que exista rivalidad entre ellos.
envés???
osea?