El miedo en los niños es algo totalmente natural, no es fácil ayudarlos a superar dichos miedos, pero como madre y también como padre, es importante armarse de paciencia y evitar ciertas cosas que lo único que pueden hacer es empeorar la situación, como las siguientes frases que jamás deberías decirle a un niño con miedo.
Frases que nunca tienes que decirle a un niño con miedo
No tengas miedo. Esto es algo normal que decimos cuando vemos a cualquier persona que está teniendo miedo por algo, pero en un niño ni en nadie tiene sentido. El miedo es algo natural y que no es precisamente fácil de controlar en un niño. Por lo tanto, hace falta mucha paciencia e intentar ayudarlo a sentirse más seguro frente a dicho miedo.
Tu miedo es estúpido. Puede ser que el miedo que esté sintiendo en realidad sea algo tonto, pero como dije más arriba, tampoco es algo que se controle. Todos tenemos miedo a diferentes cosas que, en muchas ocasiones, no tiene sentido.
Así que no deberías decir esa frase y lo que realmente deberías hacer es apoyarlo porque al decir eso le quitas importancia a los sentimientos de tu hijo, por lo tanto, le haces sentir que son tontas y aprenderá a guardarlas, a reprimirlas y no podrá confiar en ti.
No duele. Mentir no es precisamente una buena opción cuando el niño tiene miedo de algo que debe hacer o deben hacerle y le van a doler, como una inyección, por ejemplo. No vas a ganar absolutamente nada mintiendo porque su miedo seguirá presente, pero además quedarás como mentiras y, por ende, la confianza del pequeño hacia tu palabra disminuirá.
Amenazar en caso de no parar. Cualquier clase de frase que digas en donde lo amenaces en caso de que no se detenga no debería ser dicha jamás. Las amenazas envés de infundir valor en el pequeño lo que hace es incluso darles más miedo, pero además es una emoción negativa y más viniendo de la persona que en teoría debería ser su protectora.
Haciéndolo sentir de que sientes vergüenza de él, bajado su autoestima y confianza en su mismo, lo que genera que incluso comience a cerrarse y a no contarte nada de lo que le ocurre, en pocas palabras a no confiar más en ti.
Reírte de su miedo. No es precisamente una frase, pero si es algo cruel por más que sea una simple carcajada, recuerda que tu pequeño está sufriendo, no es algo que elige hacer. Pero además reírte de ese miedo ridiculiza a tu hijo, lo que hace que se sienta más inseguro. Tu hijo acude a ti para sentirse seguro, básicamente tu eres su defensora, su protectora, no debes actuar de esta manera.
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