Maternidad

Fue madre a los 65 años y cuida a su hija de una forma extraña

65 años

Valentina es una mujer de Chiernivih, Rusia, que se convirtió en madre a los 65 años. Desde muy joven siempre ha soñado con tener un hijo, pero por problemas de salud nunca pudo.

Luego de varios estudios, los médicos le dijeron que solo podría quedar embarazada tras un procedimiento de fecundación in vitro. El problema con ello, es que se trata de un tratamiento altamente costoso.

En lugar de angustiarse, comenzó a ahorrar desde muy joven. Para ello trabajaba en una empresa y recaudaba dinero venido varios artículos en las paradas de autobuses y en la calle.

Cuando por fin tuvo el dinero suficiente, intentó quedar embarazada dos veces, pero los procedimientos de inseminación in vitro fallaron.

Para su tercer intento, ya tenía más de 60 años. A pesar de las advertencias sobre los riesgos de un embarazo a su edad, Valentina decidió avanzar. Esta vez, fue todo un éxito y transitó su embarazo sin ninguna complicación.

A los 65 años se convirtió en madre por primera vez y desde el nacimiento de su pequeña, la vida de ambas es un misterio para el resto del mundo. No obstante, la niña ya tiene diez años y se ha convertido en una especie de celebridad en su país natal.

Cuando la hija de Valentina nació, su vida cambio para siempre. El amor por la pequeña rebasó las costumbres comunes y comenzó a realizar algunas cosas “extrañas” en su día a día como madre.

Por ejemplo, Valentina se negó a registrar a su hija y solo lo hizo cuando fue absolutamente necesario. Tampoco alimentó a su hija con papillas, como comúnmente sucede con otros bebés de su edad. En cambio, la pequeña consumía alimentos duros.

Incluso, la madre de la niña se negó a visitar a los médicos para los clásicos controles desde su nacimiento, y solo aceptaba la ayuda médica cuando la pequeña se enfermaba gravemente.

La hija de Valentina tampoco asistió a una escuela, como todos los niños de su edad, dado que tenía la fuerte convicción de que solo le enseñarían “cosas malas”. En algunas ocasiones, la madre requirió a los maestros de la escuela de su hija que la dejaran asistir a las lecciones escolares, situación que fue negada.

Ella argumentaba que le sería difícil a su hija adaptarse a la escuela. De hecho, hasta el día de hoy le prohíbe la comunicación con otros niños de su edad, pues cree que no debe hacerlo.

Valentina aseguro que le gustaría encontrar un hombre digno para que pueda convertirse en le padre de su hija. En la actualidad, la vida de ella y su hija es monitoreada por las autoridades de tutela y los servicios gubernamentales.

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