Alrededor del mundo, hay muchos niños que no han tenido la fortuna ni el privilegio de poder tener acceso a una educación de calidad. Ya sea por las diferentes realidades socioeconómicas que viven, problemas políticos que atraviesan sus países o demás, hace que sea aún más difícil su acceso.
De esta manera, estos pequeños deben conformarse con ayudar a sus familias a llevar el sustento a su hogar desde edades tempranas, trabajando de lo que sea. Para ellos, poder ir a la escuela es algo inimaginable y solo conocen su triste realidad: trabajar todos los días en la calle.
Un ejemplo de ello es el caso de Odunayo, una niña que nunca pudo ir a la escuela. En cambio, trabajaba vendiendo pescado en las calles de Lagos, su ciudad natal. Desde siempre, su familia vivió en condiciones de extrema pobreza y fue abusiva con ella, por lo que tuvo una infancia muy turbulenta. De hecho, una de las cosas que más marcó a la niña fue que un pedófilo terminó abusando sexualmente de ella cuando era muy pequeña.
Con todos esos problemas que tenía en su mente a diario, nunca pudo concentrarse para entrar a la escuela o estudiar. Para poder satisfacer sus necesidades más inmediatas, como comer para sobrevivir, tuvo que salir a vender pescado en las calles para traer algo de dinero a su hogar y ayudar a su familia.
Afortunadamente, Odunayo se topó con Tunde Onakoya, un miembro de Chess in Slums. Él es un hombre se ha dedicado su vida a defender a los niños y ayudarlos a cumplir el sueño de ir a la escuela y poder estudiar para sacarlos de sus situaciones de vulnerabilidad.
La organización para la que trabaja se preocupa por el bienestar de los niños que viven en la calle y que no tienen la posibilidad de estudiar. Así fue también con Ounayo, y Tunde se encargó de ponerse en contacto con la niña y gestionar su ingreso a la escuela. Además, asumió la responsabilidad de no solo cuidar a ella, sino también a su hermano y sacarlos a ambos de su complicada situación.
Hace unos días, Tunde compartió una publicación en su cuenta de Twitter que la misión ha sido llevada a cabo con éxito. La niña logró completar su primer año en la escuela y pretende continuar estudiando.
“Hoy hace exactamente dos años que conocí a Odunayo vendiendo pescado en las calles de majidun Ikorodu con su hermano pequeño. Han pasado muchas cosas desde entonces, pero hace dos semanas completó su primer año de escuela y aprobó sus exámenes. Ell amor es un riesgo. Es un riesgo conocer a todos estos niños así (…) Pero qué sería del mundo sin ese riesgo. Encontró su lugar en el mundo.”
Ahora, la niña planea estudiar actuación y Tunde seguirá apoyándola en su camino y con sus conocimientos. De hecho, el hombre contó que le presentó a un actor famoso de ese país llamado Lateef Adedimeji para que la Odunayo se pudiera inspirar aún más y aprender de él.
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