La placenta es el órgano más importante en el embarazo, ya que gracias a ella nuestro bebé recibe alimento y oxígeno.
La placenta es la conexión vital que tienes con tu bebé, pues a través de ella le proporcionas crecimiento y protección, al producirse un intercambio de oxígeno y nutrientes entre ambos.
Por si fuera poco, permite la permanencia del embarazo, escondiendo a tu bebé de tu sistema inmunológico, evitando el rechazo. Además, se comporta como el mejor de los filtros, impidiendo el paso de virus y bacterias que pudieran dañar a tu pequeño.
Sin embargo, existe una serie de factores que pudiesen afectarla:
Placenta previa
La placenta no sigue su rumbo natural, creciendo en la parte más baja del útero. De esta forma, tapa la abertura del cuello uterino, que es por donde deberá salir nuestro bebé. En el mejor de los casos, pudiese no tapar el canal de parto, quedando a un lado del cuello uterino. En otras ocasiones, tapa parte, o la totalidad de este.
En todo caso, no es un problema común. La placenta previa se da en una de cada 200 mujeres, teniendo más riesgo aquellas mamitas que presentan un útero con alguna anomalía en su forma, en embarazos múltiples, o las que ya han tenido muchos embarazos. Pero, ojo, el tabaco y la avanzada edad también pueden contribuir a que se produzca este problema.
¿Los síntomas? Sangrado repentino que puede regresar con el paso de los días.
Desprendimiento prematuro de la placenta
Es una situación muy grave para la mamita y su bebé, pero las probabilidades de que ocurra son muy pocas, dándose en uno de cada 1600 casos.
Se produce cuando la placenta se separa del útero antes del parto, producto de un accidente, un golpe fuerte en la zona baja del abdomen, o por el consumo de tabaco, drogas, y alcohol durante el embarazo. Además, producto de la hipertensión y la diabetes no controladas, o la edad avanzada.
Entre los síntomas, un fuerte dolor abdominal, contracciones uterinas y sangrado.
Placenta envejecida
Dicho en palabras simples y comunes, la placenta tiene fecha de vencimiento, y ésta es de 42 semanas. La placenta es un órgano que va envejeciendo según avanza el embarazo. Cuando madura más rápido de lo normal, se habla de placenta envejecida.
Entre los factores de riesgo para sufrir envejecimiento de la placenta, están la hipertensión, el tabaco, alguna enfermedad renal, o algún problema vascular de la mamita.
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