La famosa técnica sándwich para cambiar la conducta infantil es aplicada por muchas familias que lo ven como algo sumamente positivo y ciertamente lo es, aunque requiere mucha paciencia, los resultados son realmente prometedores.
La idea básicamente es dejar todo castigo de lado para basar la crianza de los pequeños en críticas positivas y constructivas. Dejando de lado también cualquier clase de comentario negativo para que el pequeño se crió en un ambiente en donde siempre se intente crecer y construir y en ningún momento exista energía negativa.
Para poder realizar el técnica sándwich es necesario seguir tres pasos que son esenciales para poder hacerlo de forma correcta, dichos pasos son los siguientes.
Cómo mejorar la conducta de tu hijo
Elogios. Antes de atacar al niño de manera negativa por algo que no te gusta que hiciera o que no quieres que haga, lo ideal sería comenzar a hablarle y remarcar algo bien que hiciera, hacerle un elogio que sea sincero.
En este caso puede ser algo como “Yo sé que sabes portarte bien”. En caso de que sea más grande y, por ejemplo, pueda ayudar con los deberes de la casa podrías decir “Confió en ti para sacar la basura”, etc.
Cambiar. Una vez que pasaste la etapa del elogio sincero, debes comunicarte con tu pequeño y comentarle que es lo que debes cambiar, que es lo que se espera de él y que puede mejorar en dicha conducta para estar mejor. De esta forma comienzas con un elogio y luego viene ese “pero” en donde le comentas que es lo que debe cambiar.
Agradecimiento. Cuando tu hijo es capaz de cambiar su conducta y aprender de lo que hizo de forma saludable, es demasiado importante que agradezcas ese cambio.
No es su obligación portarse bien ni nada similar, por lo que el hecho de que accediera a cambiar porque se lo comentaste de una manera amable es algo que sin dudas debes agradecer, además de que es una excelente enseñanza para su futuro, el ser agradecidos.
Para terminar, es fundamental intentar terminar todo con un mensaje positivo, intentar lograr que ambos se sientan cómodos y bien con lo que ocurrió y darle a entender al niño que la próxima vez que se sienta alterado o enojado, puede hablar tranquilamente contigo para encontrar una solución.
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