Ser madre, ser padre no es fácil, creo que es una de las tareas más complicadas que tenemos que cumplir como adultos. Esto lo digo porque no solo tenemos que estar pendiente de todo lo que hace y ocurre con los pequeños que son nuestros hijos, si no que tenemos que ver nuestras propias conductas.
Hay que tener en cuenta que desde que son muy pequeños van forjando su propio futuro, por ese motivo es tan importante tratar de guiarlos por el camino correcto.
Uno de los errores más comunes que cometemos la mayoría de los padres (seamos primerizos o no) es la sobreprotección, pues confundimos cuidado con invasión. Y si me incluyo porque lo he hecho en más de una ocasión y es algo que comencé a cambiar.
No es bueno sobreproteger a los niños
El problema es que nos auto engañamos diciendo que queremos evitar que pasen lo mismo que nosotros o que tenemos miedo de que cometan los mismos errores que cometimos en el pasado. No digo que esto que sentimos sea mentira, en nuestro instinto proteger a nuestros hijos, pero está mal el sobreprotegerlos.
Lo único que conseguimos al estar siempre pendiente de sus acciones es formar personas que sean inseguras, débiles, flojas, incapaces de afrontar los problemas de la vida real. Esto puede llevar a que no tenga aficiones, metas o sueños que cumplir ya que los padres somos los que decidimos por ellos y les decimos que hacer y qué no hacer.
Según los profesionales el sobreproteger a los niños es mimarlos al extremo, esto los hace creer que son el centro del mundo y que son torpes, incapaces de hacer algo, inútiles. El problema es que pueden llegar a creer eso toda su vida y por lo tanto no puedan progresar.
Cómo saber si un pequeño es sobreprotegido
-Tiene más dificultades para resolver conflictos porque ya lo hacen sus padres y además desarrollan menos competencias emocionales.
-Logran hacer amigos, pero les cuesta bastante fidelizarlos ya que no están acostumbrados a ceder.
-Carecen de tolerancia a la frustración.
-Le ponen muy poco empeño a sus actividades.
-Muy pocas cosas lo satisfacen.
Básicamente lo que hacemos es criar a niños que son el centro del universo, lo cual puede llevar a convertirlos en niños narcisista pero que en el fondo son seres con baja autoestima y con poca confianza en sí mismos.
Esto como consecuencia de que no han podido solucionar los problemas por sí solos. Terminan siendo niños dependientes y manipulables que no saben tomar decisiones.
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