Cuando una mujer decide tener un hijo junto a su pareja, lo hace con la fiel convicción de que se mantendrá a su lado en todo momento, cuidando de ella y del bienestar del pequeño. O bien, que en caso de que su relación como pareja no funcione, que ambos como padres, se harán cargo de todas las responsabilidades que conlleva la crianza.
Esto es lo que nos han enseñado de pequeños y es con la idea social con la que hemos crecido a lo largo de los años. Además, en el pasado estaba muy mal visto que una mujer decidiera tomar el control de su vida y criar sola a sus hijos, bien haya sido porque la relación no funcionó, porque se haya cansado de los malos tratos o porque el padre no quiso hacerse responsable.
Por suerte, en la actualidad, aquellas mujeres que han decidido ser madres solteras ya no son tan mal vistas ni juzgadas. La sociedad en la que vivimos poco a poco fue siendo más empática con ellas y comprendemos que no siempre podemos tener la familia de nuestros sueños en donde abunde el amor y el respeto.
Como podemos ver en nuestros días, muchas mujeres han logrando una gran dependencia económica, por lo que no están tolerando vivir una vida llena de infelicidad. Recordemos que la gran mayoría de las veces, en el pasado ellas no podían salir a trabajar, por lo que dependían de sus esposos. De esta manera, debían soportar los malos tratos si querían sobrevivir, tener un techo y un plato de comida todos los días.
Las mujeres de hoy en día pueden ser mucho más valientes porque son perfectamente conscientes de todo lo que pueden llegar a lograr por sus propios medios. Son mucho más seguras de ellas mismas y están dispuestas a salir adelante con sus hijos, por más difícil que pueda parecer al principio.
Incluso en estos días, todavía vemos que algunas sociedades ven la disolución de un matrimonio como un fracaso para la mujer. Lo cierto con ello es que es todo lo contrario, pues demuestra lo fuerte y valientes que pueden llegar a ser cuando anteponen su felicidad y su bienestar emocional, sin importar lo que puedan llegar a opinar los demás.
Las madres solteras son las que deben cubrir todas las necesidades de sus hijos y lamentablemente, en la gran mayoría de los casos deben hacerlo completamente solas. No solo en cuanto a lo económico y brindarles lo necesario para una vida digna, sino que también deben brindarles a sus pequeños esa seguridad emocional que necesitan.
Aquellas madres solteras son capaces de lograr un perfecto equilibrio entre la maternidad y el trabajo, siendo uno de los aspectos más duros de asimilar. Sobre todo, en aquellas situaciones en donde no cuentan con algún familiar directo y de confianza a quienes puedan dejarle el cuidado de sus hijos.
Poder cumplir con todas las responsabilidades del hogar, desde los quehaceres domésticos, pagar las cuentas y hasta el cuidado de los niños es sumamente difícil. Solo aquellas mujeres guerreras y valientes pueden llevar este arduo trabajo en sus hombros y aún así ser felices en el camino.
Por si todo esto fuera poco, las madres solteras también tienen la presión de ser el mejor ejemplo para sus hijos, ya que son lo único que tienen. Deben ser madres y padres a la vez, tratando de educar a sus hijos como espera que sean de adultos. Sin lugar a dudas ellos crecerán siendo fuertes, listos para integrarse en la sociedad más adelante.
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