¿Conoces el refrán popular que dice que una madre y un hijo pueden caber en un serijo, pero una suegra y una nuera no caben en una era? La familia política no es algo que debamos tomarlo a la ligera. De hecho, es bastante común que haya pleitos, algo que a menudo ponen la relación de pareja en peligro.
Las relaciones entre nuera y suegra no siempre son perfectas o tranquilas, ya que se producen de manera simultanea dos amenazas: la suegra percibe a la nuera como una persona que intenta romper el vínculo madre e hijo, arrebatándole su afecto; y la nuera se ve amenazada con la influencia de la suegra en su esposo con sus contantes intromisiones.
Esto lo sabe muy bien una mujer que contó su historia a través de la columna Consejos de crianza de Slate, en donde se refirió a sí misma como “mamá oso”. Ella, acababa de dar a luz a su segundo hijo y mientras se estaba recuperando de su cesárea, su suegra aprovechó el momento para cambiarle el nombre al bebé.
La mujer en cuestión, se lamentó no haberse dado cuenta de lo ocurrido sino hasta dos meses después de que su bebé naciera. Pero de lo que más se molestó fue que su esposo se había puesto de acuerdo con su madre y sin siquiera avisarle, registraron al pequeño con un nombre diferente al que ella había elegido.
“Mi hijo tiene dos meses y acabo de descubrir que mi suegra confabulaba con mi esposo, escribió el nombre de nuestro hijo como ‘Finlay’ en lugar de ‘Finley’ en toda su documentación legal. Yo por supuesto estoy furiosa, porque mi esposo y yo habíamos acordado el nombre.
Incluso su madre envió un regalo de Navidad con el nombre ‘Finlay’ y cuando hice un comentario a mi esposo, ¡ni siquiera tuvo la decencia de decírmelo! ¡Simplemente me dejó creer durante dos meses que el nombre de nuestro hijo se escribía como Finley cuando legalmente no lo es!”
La mujer no se enteró del nombre de su hijo sino hasta que tuvo que buscar su tarjeta de seguro social y su certificado de nacimiento para archivarlo correctamente. Furiosa, enfrentó a su esposo, quien solo le dijo que se arrepintió tan pronto como llegó la tarjeta, pero que tenía miedo de decírselo y que eso generara una disputa.
Además, le contó que fue su madre quien lo “obligó” a cambiarle el nombre al niño mientras ella estaba recuperándose de la cesárea. Al parecer, “mamá oso” nunca tuvo una buena relación con su suegra, pero cree que esto ha sido una falta de respeto grave.
“Mi suegra siempre ha sido manipuladora y siempre he sabido que no le caigo bien, pero con esto me faltó el respeto. Estoy segura que puso el nombre en el regalo de Navidad como un golpe para mí. Mi esposo también tiene mucha culpa y estamos trabajando en ello.”
Cuando habló del tema con su terapeuta, le recomendó que no comentara nada con sus suegros, ya que esto podría terminar en disgustos innecesarios. Además, le hizo un llamado de atención a su esposo, para que comprendiera que las decisiones las debía tomar solo con su pareja y no con lo demás, aunque se trate de sus padres.
También le recomendó que evitara el divorcio, pues esto solo alegraría más a su suegra. En cambio, le sugirió que tomara un tiempo para sanar y recuperarse del incómodo y molesto suceso.
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