No es ningún secreto que tener hijos es una tarea muy difícil. La crianza está repleta de responsabilidades, obligaciones, y tareas, lo cual resulta agotador y estresante. Si bien es cierto que la llegada de un niño al hogar es un motivo de felicidad, no podemos negar que puede ser una misión imposible por momentos.
Los niños te impulsan a ser una mejor persona, son tu motor para salir delante de los momentos difíciles. Pero también es una ardua labor, que requiere de paciencia, energía y adquirir habilidades que no sabías que tenías o que podías tener.
Para aquellas personas que no hayan sido padres, pero que aseguren que son pacientes, centrados o estrictos, solo les podemos decir: ¡Esperen a ser hijos! Pues, por más libros de crianza leamos, o los consejos que puedan darte los demás, la teoría no se compara con la práctica, pues cada niño es único y requiere una manera particular de tratarlo.
Con ello queremos decirte que, no porque algo le haya funcionado a un padre, debería funcionar para todos. Incluso, esto es algo que podríamos aplicarlo a los hermanos. Lo que haya funcionado con un hijo, no necesariamente funcionará con el siguiente.

Los comentarios en internet sobre los métodos de crianza están a la orden del día. Podemos encontrar quienes aseguran cosas como: “No voy a consentirlo ni darle todo lo que pida”; “Mi bebé aprenderá a dormir en su cuna desde el primer día”; o “No dejaré que use una tablet”.
Sin embargo, cuando tus hijos llegan a la realidad, te terminas dando cuenta que tendrás que ceder en algunas cosas, ser más flexibles en algunas y más estrictos en otras. También tendrás que buscar la manera de descansar y que poco a poco sean más independientes.
Esto mismo fue lo que le pasó a Laura Gerson, una madre primeriza que contó en sus redes sociales cómo habían sido los primeros tres meses desde la llegada de su hija. Durante este tiempo, la mujer no pudo descansar como debía, porque la niña se despertaba constantemente por las noches y ella tenía que ir a calmarla. Todo esto cambió cuando descubrió cuál era el motivo de su llanto: se le caía su chupón.
Fue por ello que optó por llevar a cabo un ejercicio el cual le ha funcionado de maravilla. Por las noches, deja varios chupones en la cuna de su hija, para que esta pueda encontrarlos fácilmente y volver a dormirse. Con ello, Laura ya no tenía que volver a levantarse e interrumpir su sueño por las noches.
“Esta rara rutina para dormir a mi bebé que ha funcionado. Desde que tenía tres meses la pongo a dormir con 10 cupones en su cama. Descubrí que cuando lloraba en la noche, lo único que quería era un chupón para volver a dormir. Entonces, pensé que si tenía uno a no, simplemente se volvería a dormir. A veces tira algunos, pero el 99% de las veces solo se voltea, encuentra el chupón, se lo pone en la boca y vuelve a dormir.”
La mujer aseguró que lleva haciendo esto desde hace 8 meses y le ha funcionado a la perfección. “No he tenido que volver a despertarme desde hace 8 meses. ¡FUNCIONÓ! No quiero pensar cuando el ‘hada de los chupones’ venga a quitarle todos sus chupones”, cerro.
En las redes, algunos usuarios, aplaudieron su ingenio y comentaron que era una muy buena idea y que, incluso, la pondrían en práctica. Sin embargo, otros la criticaron duramente, asegurando que era una madre floja, o ignorante, ya que esto podría generarle problemas con su dentadura al crecer.
Y tú, ¿qué piensas sobre esta idea? ¿Te animarías a ponerla en práctica?
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