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Madre instaló una puerta para bebés en su cocina para evitar que su hija de 5 años siguiera comiendo. Nunca se siente satisfecha

Desde el momento en el que recibimos la noticia que vamos a ser padres, nuestras vidas cambian por completo. A partir de ahora, nuestras prioridades comienzan a centrarse en el bienestar del bebé que viene en camino, intentando hacer lo mejor posible por ellos, para velar por su bienestar y felicidad.

Sin embargo, algo que nunca esperamos es que nuestros hijos padezcan alguna enfermedad, pues queremos lo mejor para ellos. Lamentablemente, cuando esto sucede, no tenemos más remedio que intentar seguir adelante y buscar todas las alternativas posibles para ofrecerle una buena calidad de vida.

Esto es algo que le ha tocado vivir a Holly Williams, una joven madre de una niña con Síndrome de Prader Willi. La pequeña de 5 años fue diagnosticada con esta extraña condición, la cual afecta cromosoma 15 y que controla el hambre. Debido a que no se ha desarrollado perfectamente, su hija nunca se siente satisfecha.

Harlow, es una niña británica de 5 años que ha nacido con una enfermedad genética que hace que tenga hambre constantemente, incluso si recién ha terminado de comer. Como era de esperarse, esto le ha traído graves problemas de salud por sobrepeso, ya que pesa 44,5 kilos, un número bastante lejos de los 18 kilos promedio que pesa una pequeña de su edad.

En una entrevista con el medio The Sun, su madre ha revelado que ha tenido que instalar una puerta para bebés en la entrada de su cocina. Con ello, se asegura que Harlow no saque comida en exceso.

“Tener una puerta para bebés en la puerta de tu cocina ayuda a asegurarse que Harlow no se meta en los armarios de la cocina y se sirva (comida). En el futuro, tendré que tomar más medidas y, cuando Harlow crezca, lo más probable es que tenga que poner cerraduras para la cocina.”

Sobre cómo es el día a día, Holly contó que su hija come una comida completa, pero que esto no sacia su hambre, por lo que quiere seguir comiendo.

“Es difícil manejar y tengo que tratar de explicarle que, en realidad, no tiene hambre. Si dejara un plato de pasteles a un lado y no estuviera cerca, Harlow se los comería fácilmente. Ha sucedido muchas veces antes. Ella ha sacado una bolsa completa de chocolates que se dejó a un lado antes, mientras no estaba en la habitación.”

A pesar de que la mujer intenta ser severa con su hija ya que sabe de los peligros para la salud que trae aparejado el sobrepeso, es una tarea complicada. Holly, se asegura de que lleve una dieta sana y equilibrada para intentar compensarlo de alguna manera. No obstante, tampoco quiere privarla de todo, ya que, al final del día, sigue siendo una niña, por lo que de vez en cuando le permite comer alguna golosina.

“Sabíamos que algo andaba mal cuando nació Harlow. Era pequeña y solo pesaba 2,1 kilos. Estaba realmente floja, no tenía fuerzas, no lloraba y no se alimentaba adecuadamente con un biberón. Los médicos asumieron que era el Síndrome de Prader Willi porque dijeron que también podían saber por sus características como los ojos, la nariz y la boca.”

Ahora que la niña tiene 5 años sufre con algunos problemas de movilidad debido a su sobrepeso. Por ejemplo, no puede caminar mucho o correr y se queda sin aliento con facilidad. No obstante, Holly se encarga de hacer todo lo posible por que su hija tenga una vida feliz.

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