Si hay algo que ha generado controversia a lo largo de toda la historia de la humanidad, son los bebés. Es que ellos son criaturas muy particulares, capaces de generar tanto alegría para algunos como la molestia para otros. Al tratarse de pequeñitos indefensos e inocentes, necesitan la asistencia y la comprensión de los demás en todo momento, en especial de sus padres.
Sin embargo, para aquellos no sean familiares del pequeño, puede ser sumamente molesto estar cerca de un bebé. Pues no todas las personas logran ser tolerantes con lo que sucede a su alrededor y no logran comprender la naturaleza de un ser tan pequeñito. Esta molestia puede ser aún mayor si nos encontramos en un espacio cerrado y por mucho tiempo.
Un claro ejemplo de ello podrían ser los viajes en aviones y es bastante común que muchas personas no quieran viajar cerca de un bebé o un niño pequeño. Pero este no es un problema con el que solo deben lidiar los terceros, sino que también la propia madre o el padre del infante que comprende lo vergonzoso que puede llegar a ser este momento.
Por esta misma razón, una madre oriunda de Corea del sur, quiso tener un gesto amable con las personas que la acompañaron en su vuelo. Antes de comenzar el viaje, le pidió disculpas a todos por las molestias que pueda ocasionar su hijo.
Un pasajero de aquel vuelo, quiso compartir la historia de esta madre a través de su cuenta de Twitter. Se trata de Marc Vidal, quien contó que la mujer pasó por cada uno de los asientos de los pasajeros del avión y les entregó un paquete con dulces y tapones para los oídos. De esta manera, lo que quería era compensar de alguna manera la incomodidad que generara su hijo. Además, les dejó una carta, pidiendo un poco de empatía con la situación.
“Hola, soy Junwoo y tengo cuatro meses. Hoy voy a ir a los Estados Unidos con mi mamá y mi abuela para ver a mi tía. Estoy un poco nervioso y asustado porque es mi primer vuelo en mi vida, lo que significa que puedo llorar o hacer demasiado ruido. Intentaré ir tranquilamente, aunque no puedo prometer nada. Por favor, discúlpame. ¡Así que mi mamá preparó una bolsita de regalos para ti! Aquí tienes algunos dulces y tapones para los oídos. Por favor, úsalo cunado sea demasiado ruidoso por mi culpa. Disfruta tu viaje. Gracias.”
De acuerdo a lo que relató Marc Vidal, su vuelo fue de 10 horas, desde la capital de Corea del Sur, Seúl, hasta la ciudad californiana San Francisco, Estados Unidos y el pequeño casi no lloró. Antes de partir, la mujer repartió unos 200 kits para todos los pasajeros del vuelo, ganándose el aplauso en las redes por su empatía con los demás.
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