Luego del destructivo sismo ocurrido en el epicentro de Turquía de 7,8 y en la escala de Richter y las réplicas de similar magnitud (7,5) el pasado 6 de febrero, muchos fueron los daños. No solo para los habitantes de este país, sino también para las naciones aledañas, como Siria.
La destrucción provocada por los sismos abarcó cientos de kilómetros en el sureste de Turquía y Siria. Lamentablemente, derribó miles de edificios y acrecentó la hambruna en una región que está alterada por más de 12 años de guerra civil y la crisis de los refugiados.
Hasta el momento, se han contabilizado más de 5 mil muertos y más de 20 mil personas heridas debido a los colapsos de los edificios. Es por ello que los equipos de rescate, cuerpo de bomberos y policías y demás voluntarios, están haciendo un gran esfuerzo para poder sacar de los escombros a la mayor cantidad de víctimas.
Todavía, siguen trabajando contra reloj, con prisa y sin pausa. Pues no solo por la cantidad de personas que quedaron atrapadas entre los escombros, sino también porque las condiciones climáticas no son nada favorables en medio del intenso frío que se está viviendo en esta región del planeta.
Por suerte, siempre hay casos que ayudan a todos a mantener viva la esperanza. Entre las víctimas, se ha hecho conocido el caso de una niña que se encontraba bajo los escombros que dejó una edificación. La pequeña, había sobrevivido, pero lo más conmovedor es que protegió a su hermanito pequeño con sus brazos para que nada lo golpeara.
A través de la cuenta de Twiiter de Mohamad Safa, director ejecutivo de la organización Patrotic Vision, asociada a la ONU y demás medios de comunicación, se difundió la tierna escena. Los dos pequeños permanecieron unidos bajo los escombros por 17 horas hasta que por fin fueron rescatados.
“La niña de 7 años que mantuvo su mano sobre la cabeza de su hermano pequeño para protegerlo mientras estuvieron bajo los escombros durante 17 horas ha logrado salir a salvo. Veo que nadie comparte. ¡Si ella estuviera muerta todos compartirían! Comparte positivismo”, escribió Safa.
Cabe mencionar que la pequeña de 7 años nunca dejó de gritar y de pedir auxilio, sino hasta que los rescatistas pudieron llegar a ella. Además, siempre se encargó de tranquilizarlo y consolarlo dulcemente mientras eran liberados.
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