Para todo niño, es sumamente importante contar con el apoyo y el acompañamiento de los padres durante su crecimiento y desarrollo. Su hogar, debería ser siempre su lugar seguro en donde pueda refugiarse y encontrar consuelo en los momentos más difíciles de su vida para comprender las complejidades que se presentarán en su camino.
Es por ello que muchos padres se preocupan porque sus hijos se sientan bien en todo momento y que sus cosas salgan de la mejor manera. Especialmente, cuando se trata de niños que padecen alguna condición, enfermedad o característica especial.
Los niños que reciben más cariño serían más inteligentes
Esto mismo lo comprendieron a la perfección Tanya y Adam, una pareja que quería que su hija no se sintiera extraña. Honey-Rae, es una niña oriunda de Grimsby, Inglaterra, quien nació con una enorme y distintiva marca de nacimiento de color rojo que cubre la mitad de su cuerpo.
“La marca de nacimiento es de un color rojo brillante y cubre casi la mitad del lado derecho de su cuerpo. Se extiende desde los dedos de los pies hasta la parte baja de la espalda. No se ha desteñido con el tiempo, de hecho, algunos días se ve más oscuros que otros.”
A pesar de que esta marca no afecta para nada en su salud, sus padres saben lo que significa para un niño ser diferente a los demás. Fue por ello que decidieron tatuarse sus piernas con la misma mancha para lucir igual que ella.
“La mayoría de la gente piensa que es extremo, pero para nosotros era lo más natural para asegurarnos que nuestra hija nunca se sintiera diferente o sola en el mundo. Tener le mío fue increíblemente doloroso, especialmente porque tenía que cubrir algunos tatuajes viejos de estrellas, pero valió la pena cada segundo de dolor. Cuando bajó la hinchazón le mostré a Honey-Rae, y ella la tocó suavemente y sonrío mientras decía ‘coincidencia’ señalando su propia pierna.”
Para Tanya, las cuatro horas de sesión valió la pena porque sabe que esto hará que su hija se sienta más segura y cómoda con esta característica con la que llegó al mundo. Sin embargo, cuando vio por primera vez a su hija, no fue nada sencillo asimilar dicha marca.
“Sollocé y sollocé, sabiendo que mi bebé iba a quedar marcada permanentemente por el resto de su vida. Como cualquier mamá, no quería que fuera diferente. Quería que fuera exactamente igual que cualquier otro niño sano. Y, aunque la marca de nacimiento no es peligrosa, sabía que podría tener un gran impacto en el resto de su vida. Aunque ella era perfecta a nuestros ojos, sabía que otras personas la señalarían y la mirarían.”
Por un largo tiempo, Alan y Tanya intentaron ocultar la marca de nacimiento de su hija porque tenían miedo a que las críticas de los demás dañaran la autoestima de su hija. Sin embargo, con mucho amor, tomaron esta decisión para que ella no se sintiera diferente.
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