La dinámica familiar ha cambiado mucho con el paso de los años. Mientras que en el pasado lo normal y lo esperado era que la mujer se encargara de todas las tareas del hogar y del cuidado de los niños, en la actualidad, ahora se reparten todas estas actividades de manera más equitativa. Incluso, parejas en donde han cambiado los roles y son los padres los que deciden quedarse en casa.
No obstante, aún existen muchas personas que rechazan el cambio y siguen viendo con malos ojos a aquellas familias que decidan llevar este estilo de vida. Lamentablemente, esto es algo que ha vivido en carne propia Michael Bracey, un padre de familia oriundo de Nueva Zelanda, por hacerse cargo de las tareas domésticas y del cuidado de sus cuatro hijos.
Al principio, todo marchaba relativamente normal y tanto ella como su esposa trabajaban a diario y se repartían los quehaceres domésticos. No obstante, un día Claire recibió una gran oferta laboral que no podía rechazar. Para la familia implicaba tener que mudarse de ciudad, mientras que para Bracey, conseguir un empleo nuevo.

Aunque lo intentó, el hombre no conseguía empleo, por lo que, junto con su esposa, optaron porque él se quedara en casa y comenzara a estudiar en línea para mejorar su currículum. Además, esto sería una buena idea para que sus hijos pudieran adaptarse a la nueva ciudad, a pesar de que no lo fuera para él.
“Al ser una comunidad rural, había una sensación real de que no era lo suficiente ‘masculino’. Era como si debería haber estado conduciendo un tractor u ordeñando vacas. Con instituciones predominantes dirigidas y atendidas por mujeres, como jardines de infancia y escuelas primarias, se espera que yo proporcionara una influencia masculina, lo cual es comprensible, pero estaba criando niñas que querían que me involucrara con ellas como pequeñas princesas.”
Al principio, muchas madres de la ciudad intentaron acercarse a él, haciendo un “esfuerzo superficial”. Mientras tanto, la gran mayoría de las personas, simplemente evitaron mantener contacto con él y con una de sus hijas, debido a que les resultaba sumamente extraño que un hombre se hiciera cargo de su crianza mientras su esposa era la que salía a trabajar.
“Me dejó sintiéndome incómodo, cohibido e irritado. Sobre todo sentí lástima por mi hija, que estaba experimentando estar entre sus compañeros por primera vez y ciertamente sintió la vibra.”

A pesar de lo difícil que ha sido para la familia poder integrarse en su nueva comunidad, Michael está sumamente feliz del rol que ocupa ahora en su hogar y asegura que no lo cambiaría por nada.
“Puedo manejar la burla de los compañeros, de otros hombres que no tienen idea de lo que se pierden. Después de todo, ¿cuántos hombres de mi edad han tenido la posibilidad de pasar tiempo con sus hijos? No muchos, imagino.”
Finalmente, aseguró que para él no hay nada de malo o extraño en que un padre se ocupe de todas las tareas del hogar y de la crianza, sino todo lo contrario.
“Si piensan que hay algo raro o equivocado en un padre amo de casa, entonces tienen un problema que se lo pueden guardar, porque no me interesa. Mi esposa y yo tenemos cuatro hijos maravillosos, brillantes, inteligentes, divertidos y exitosos. Tuve que aprender a crecer junto a ellos y me enseñaron mucho”, cerró.
Y tú, ¿qué piensas sobre la manera en la que han establecido los roles esta familia? ¿Está mal que el hombre haya decidido quedarse en casa para cuidar de sus hijos mientras su esposa sale a trabajar?
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