La cesárea es siempre el último recurso cuando, por algún problema, es imposible llevar a cabo un parto natural.
Un parto por cesárea se realiza cuando no es seguro para la madre y su bebé realizar un parto normal. Si es tu caso, debes saber que el procedimiento se realiza con la mamita despierta. Eso sí, tu cuerpo estará dormido desde el tórax hasta los pies, gracias a una anestesia epidural o raquídea.
El procedimiento se divide básicamente en 3 pasos:
1. Se aplica anestesia general o local, y se introduce un catéter en la vejiga para drenar la orina. El cirujano hace una incisión horizontal o vertical (dependiendo de la posición del bebé) a través del abdomen, justo por encima del área púbica.
2. Se abre el útero (matriz) y el saco amniótico, y se realiza la separación y retirada de la placenta.
3. Se saca al bebé, y se realiza el cierre de las incisiones.
Normalmente, el proceso de parto por cesárea dura entre 45 minutos y una hora. Ten presente que la recuperación de la cesárea es más lenta que en un parto vaginal, lo más probable es que estés unos días más en el hospital, y luego deberás descansar en casa de cuatro a seis semanas.
¿Puedo evitar una cesárea?
Si prefieres tener un parto normal, por la rapidez de su recuperación, comodidad y todo lo que implica, te contamos que la mayoría de las cesáreas son inesperadas. Sin embargo, te damos algunas recomendaciones que te pueden ayudar:
-Mantener un buen estado físico.
-Estar atenta a cualquier señal que pueda indicar un problema durante el embarazo.
-Establecer una comunicación abierta con tu médico.
-Beber mucho líquido.
Si bien esto no te da la seguridad en un 100 por ciento de poder evitarla, son cuidados básicos y pueden ayudarte a la hora del parto. Recuerda que la cesárea no es un juego, y no debe recurrirse a ella por conveniencia del médico, o de los padres, sino que únicamente por temas de salud.
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