La leche materna no transmite ni el resfriado y la gripe, pero sí, en cambio, los anticuerpos que la madre genera y son beneficiosos para el bebé.
Aunque muchas veces se cree que ante un resfriado o gripe en la madre lo mejor es que el lactante deje de tomar el pecho, el consejo de los especialistas es justo el contrario: mantener la lactancia. De esa manera, a través de la leche, los anticuerpos generados por la madre pasan al bebé y ayudan a protegerlo.
A continuación se explican detalles acerca de la importancia de mantener la lactancia durante el resfriado o la gripe de la madre, del contagio y la prevención de tales enfermedades y la influencia de los medicamentos que toma la mujer durante la lactancia.
Mantener la lactancia durante el resfriado o la gripe de la madre
Una de las dudas recurrentes durante la lactancia es si conviene que una madre resfriada o con gripe amamante a su hijo. A menudo se impone la creencia de que es mejor evitarlo, ya que el niño se podría contagiar a través de la leche. Esta idea, sin embargo, es falsa.
El mejor consejo es justo el opuesto: mantener la lactancia, incluso aunque la mujer esté tomando medicación para combatir la enfermedad.
¿Por qué conviene seguir con la lactancia? Por un lado, porque ni el resfriado ni la gripe se contagian por la leche. Por otro, porque lo que sí transmite la lactancia son los anticuerpos que el organismo de la madre genera para protegerse del virus.
Estos anticuerpos ayudan también al bebé y son de gran valor, sobre todo si el pequeño todavía no ha cumplido seis meses de vida.
Durante este periodo, “tu leche no solo seguirá siendo la mejor del mundo para tu hijo, sino que además le aportará anticuerpos específicos para hacer frente a tu enfermedad, de la que muy probablemente se habrá contagiado”, explica en su web la asociación Alba, dedicada al apoyo de la lactancia materna, con sede en Barcelona.
Al dar el pecho a los niños “los estamos vacunando contra esos virus”, afirma Graci Ariza, asesora de lactancia y mamá bloguera. De esa forma “les transmitimos las defensas necesarias para combatirlos y, en el caso de que al final estén contagiados, sus síntomas disminuirán de forma considerable”, añade.
Contagio y prevención de gripes y resfriados
La transmisión de estas enfermedades se produce a través del aire, la saliva y otras secreciones del cuerpo. Por eso, las principales recomendaciones de los especialistas para evitar el contagio consisten en taparse la boca al estornudar o toser (si es posible, con el brazo y no con la mano) y evitar hacerlo en dirección al bebé; lavarse las manos con frecuencia y, sobre todo, antes de dar el pecho; y usar siempre pañuelos de papel.
También se aconseja que el entorno familiar del niño se vacune contra la gripe al comienzo de la temporada de baja temperatura e, incluso, que la mujer se la ponga durante el embarazo, pues el efecto protector de esta dosis alcanza al niño hasta los primeros meses de vida tras el parto.
De todas maneras, como informa la Asociación Española de Pediatría (AEP) en un documento sobre la gripe, una persona tiene “capacidad de infectar” desde un día antes del inicio de los síntomas. Esto quiere decir que la madre puede contagiar al pequeño, a través de sus besos y otras formas de contacto, cuando está incubando la enfermedad, antes de que esta se haya manifestado.
Y, por otra parte, también es posible que el proceso sea el inverso, es decir, que sea el niño quien contagie a su madre. De hecho, la AEP también señala que los menores diseminan la enfermedad durante periodos más prolongados, incluso desde seis o más días antes del inicio de la infección. En cualquier caso, seguir dándole el pecho es importante, porque la madre creará anticuerpos que el sistema inmunológico del bebé todavía no está preparado para desarrollar.
Medicamentos contra gripes y resfriados durante la lactancia
Con respecto a los riesgos que los medicamentos ingeridos por la madre podrían suponer para el niño, el Comité de Lactancia Materna de la AEP es claro: “Casi todo lo que se suele prescribir es compatible con la lactancia”. La guía titulada ‘Lactancia y medicamentos: una compatibilidad casi siempre posible’ detalla cuáles son los pocos fármacos contraindicados en esta etapa, entre los cuales no hay ninguno que se recete de forma habitual para la gripe o los resfriados. La única salvedad que menciona es la conveniencia de evitar las quinolonas (un tipo de antibiótico).
De todas maneras, quien busque mayor seguridad acerca de la compatibilidad entre un determinado medicamento y la lactancia, puede consultar la web e-lactancia.org, de la Asociación para la Promoción e Investigación Científica y Cultural de la Lactancia Materna, o bien acudir a un especialista.
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