La Apnea Fetal es bastante común en bebés prematuros que han nacido antes de la semana 34 de gestación. Los síntomas no aparecen hasta pasados los tres o cuatro días de vida.
Cuando los bebés prematuros comienzan a respirar de forma acelerada con breves pausas, este puede ser un síntoma, aunque en muchas ocasiones se comete el error de atribuir esto a la falta de control del centro respiratorio.
Apnea fetal en niños prematuros
En caso de que dichas pausas lleguen a durar más de 20 segundos, esto puede ser una señal de hipoxemia y bradicardia. Por lo tanto, requiere una estimulación activa para los movimientos respiratorios.
Generalmente aparece debido a que en el organismo existen una serie de mecanismos que se encargan de la respiración: neural y químico. Además de esto debemos tener en cuenta que el sistema nervioso central se encarga de regular el ritmo y la frecuencia de la respiración de los pulmones.
El problema viene cuando los niños nacen antes de que se terminen de completar los meses de gestación. De esta forma los receptores se encuentran menos desarrollados.
Por ende, ocurren esta clase de cosas. Por eso mismo los niños prematuros pueden llegar a tener problemas de respiración, inmadurez cerebral, demasiado sueño, fatiga en general, etc.
El riesgo de la apnea crece a medida que el niño nace con menos semanas de gestación. A medida que va pasando el tiempo la apnea disminuye.
¿Se puede curar la apnea?
La posición se vuelve muy importante ya que tienen que tener la cabeza en línea media y el cuello en una posición neutral. En muchos casos una temperatura ambiental baja puede ayudar a mejorar la frecuencia con que ocurre la crisis de apnea.
Los niños prematuros dejan de presentar la crisis de apnea a las 37 semanas. Evidentemente en algunos casos esto puede no ser así.
Lo recomendado como siempre es que consultes con un profesional para que de esta forma pueda recomendarte qué tratamiento seguir para poder curar la apnea en tu pequeño.
Siempre es recomendable que un profesional trate al pequeño ya que uno en la mayoría de ocasiones está en terreno desconocido.
Por lo tanto, es ideal pedir consejo y ayuda a alguien que está capacitado para tratar esta clase de problemas de forma profesional y no poner en peligro la salud del pequeño que está dando sus primeros pasos en este mundo.
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