Hay que ser honestos, todos en algún momento hemos perdido la paciencia y le hemos gritado a nuestros hijos. No digo que eso esté mal, muchas veces necesitan un pequeño susto para comprender que están haciendo algo mal y en ocasiones esa termina siendo la mejor forma de llamar su atención.
Pero hay que prestar mucha atención para que esto no pase a ser algo habitual, porque puede tener consecuencias en su desarrollo emocional. Una cosa es hablarles en un tono firme y seguro y otro es gritarles. Para que comprendas las consecuencias te quiero comentar 7 razones para que no le grites a tus hijos, las cuales te harán cambiar mucho tu opinión sobre los gritos.
7 Razones para que no le grites a tus hijos
Genera estrés: Es que no se puede esperar otra cosa, los gritos generan estrés y alarman a los pequeños. Siempre tienes que elegir el tono de voz y el volumen para expresar bien el mensaje que quieres transmitir.
No aprende a reflexionar: Cuando gritamos se presenta un cierto descontrol, lo cual bloquea la capacidad de nuestros pequeños para que aprendan que no está bien lo que hizo. Es por ese motivo que, al gritarle, no lo ayudamos, solo hacemos que no aprendan a reflexionar.
Persona que grita: Si vives gritando, si te comunicas con ellos de esa manera solo haces que siga un modelo de persona que no te gustara. Conseguirás que su única manera de expresar su enojo y frustración sea gritando y en el peor de los casos desquitandose con otros.
Una baja autoestima: Al gritar de forma continua, habitual, se puede terminar desencadenando en algo muy malo. Puede terminar desarrollando un concepto negativo de sí mismo y baja autoestima, por ende, terminara considerando que todo lo que hace, lo hace mal.
Ansiedad y angustia: Con los gritos lo que puedes conseguir es que reaccionar con temor o se terminan bloqueando ante enfrentamientos con otras personas, esto incluso hasta siendo adultos.
Conseguir lo que quiere: El pequeño si cada vez que se enfada consigue lo que quiere porque no tienes paciencia ni ganas en ese momento de renegar, pues llegará a la conclusión de que los gritos son muy eficaces para obtener lo que quiere.
Será indefenso y retraído: Cuando en ocasiones se dice las cosas con el tono de voz elevado lo único que se consigue es que el pequeño entienda que lo que quiere y/o necesita no es importante y en un futuro evitara expresarse para que los padres no se enojen.
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