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Reflujo en los bebés: Qué es y qué lo provoca

reflujo

El reflujo en realidad es algo muy habitual en los bebés, más en los recién nacidos, aunque bueno este puede ser todo un campo de minas para las madres. Lo cierto es que este puede ser muy molesto y nos preocupe, pero hay que ver que gracias a este podemos saber cuales son los alimentos que nuestros pequeños toleran y cuáles no.

 

En algunas ocasiones el reflujo se diagnostica con cólicos y puede aparecer de varias maneras y con diferentes síntomas. De cualquiera manera si tu bebé tiene reflujo lo que debes hacer es ir al pediatra para saber que le ocurre con exactitud y así ver que se puede hacer. Antes de seguir, no te sientas frustrada porque el reflujo no quiere decir que hiciste algo mal con su alimentación.

 

Qué es el reflujo

El reflujo sería el flujo que sale del estómago hacia el esófago, en los pequeños se debe a la inmadurez natural y la debilidad del musculo en la válvula. Esto lo que hace es que la alimentación del bebé se junte con el ácido gástrico, lo que luego es regurgitado (vomitado) de forma involuntaria.

 

Muchas personas solo reconocen el reflujo cuando el pequeño vomita, pero la verdad es que hay muchos que lo sufren y que no vomitan. Porque la fuerza con la que el contenido del estómago sube hacia el esófago es lo que determina si el bebé vomita o no. Si no vomita se trata del reflujo silencioso que es cuando el contenido del esófago fluctúa hacia arriba y abajo en el interior, provocando dolor fuerte al bebé.

 

Síntomas del reflujo

  1. Mucosa excesiva
  2. Tos sibilante -peor por la noche-
  3. Le cuesta eructar, pero tiene gases
  4. Duerme mal
  5. Rechazo a la alimentación
  6. Come demasiado
  7. Llanto inconsolable
  8. Vómito o regurgitación
  9. El bebé arquea la espalda o el cuello
  10. El cuerpo se pone rígido
  11. Irritabilidad o dolor
  12. Hipo frecuente
  13. Gorgoteo, náuseas, ahogos
  14. Capa blanca en la lengua
  15. Congestión nasal

 

Cómo actuar

Lo cierto es que el reflujo no se puede curar, pero los síntomas sí pueden ser controlados y, es más, hasta se pueden prevenir. Hay varios tratamientos médicos para reducir la acidez del estómago, lo que reducirá el dolor, pero esto debe ser siempre controlado por un médico.

 

Algo que es importante es encontrar una buena combinación entre la leche y medicamentos, establecer una buena estructura de alimentación y sueño. Los bebés superan el reflujo cuando están solos, cuando su sistema digestivo madura. Sin embargo, algunos pueden continuar con el problema durante años, por ello es importante realizar un diagnóstico con tiempo, para evitar efectos negativos a largo plazo.

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