Las reglas y los límites son fundamentales en un hogar en donde viven niños, no es precisamente fácil lograr que ellos las respeten, pero con un poco de paciencia es posible y esto hará no únicamente que su educación sea buena, sino que reinara dentro de lo posible, la armonía en dicho hogar.
Lo fundamental es que nunca reacciones como lo haría el niño. Tu eres el adulto, no únicamente debes ser consciente de eso y ser una persona madura de acuerdo a tu edad, sino que además debes ser consciente de que eres el ejemplo a ser, tu eres el modelo de ser humano que ellos tienen y cómo los niños tienden a aprender mucho imitando, te darás cuenta que, si ni siquiera tú cumples las reglas, ellos posiblemente tampoco lo hagan.
Debes tener muy en claro que clase de límites vas a aplicar, qué clase de reglas existirán en la casa e incluso, estos límites, también serán aplicados a ti.
Cómo poner límites a los niños
Usar un lenguaje claro. Es fundamental que entiendas que son niños y que si te complicas demasiado explicando ciertas cosas no van a entender, por lo tanto, no te harán caso. Es necesario usar un lenguaje que sea simple, pero claro y logre transmitir todo lo que quieres comunicar.
Sin modificaciones. Es fundamental que el pequeño comprenda que las reglas no son modificables, que no hay excepciones y que siempre deben respetarse y aplicarse. Esto quiere decir que en caso de que tengas que acatar alguna de tus propias reglas, deberías hacerlo.
Ejemplo. Evidentemente una de las cosas que más afecta a los niños es el ejemplo. Imitan todo y aprenden mucho de eso, por lo que si puedes darles un buen ejemplo para que cambien una actitud, deberías aprovecharlo.
Porque yo lo digo. No es precisamente un motivo lógico y generalmente termina generando que hagan caso ahora, pero ocasionando problemas en un futuro. Los límites son para todos.
Consecuencias. Como en toda sociedad, sin consecuencias cualquier hace lo que quiere. Aquí sucede lo mismo, debe existir una consecuencia que sea directa sobre el límite que rompió, alguna clase de castigo simple pero que sirva de consecuencia.
Coherencia y responsabilidad. Es importante ser coherente en todo momento y no estar cambiando de opinión, aparte es fundamental ser responsable y cumplir con lo que se dice, por más que luego te arrepientas o no tengas ganas de hacerlo.
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