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Regalar en exceso al niño tiene consecuencias: Síndrome de los niños hiperregalados

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El regalarle a un niño de todo, todo el tiempo, por cualquier motivo no tiene nada de bueno. Es algo que debemos evitar porque si no serán cada vez más los niños que desarrollen el “síndrome del niño hiperregalado”. Ya viene desde hace años en realidad y es culpa del mal hábito que tienen algunos padres por dar todo lo que piden a sus hijos.

 

Muchos padres hacen esto porque están preocupados por sus hijos, porque quieren ser cariñosos con ellos y piensan que dándole todo lo que quieren le brindan amor, además de el hecho de querer dar todo lo que ellos no tuvieron. Otros directamente lo hacen para compensar el poco tiempo que pasan con sus hijos y otros se ven condicionados por la presión social, la publicidad y los medios de comunicación.

 

El regalar en exceso es malo

Y como siempre digo, todo en exceso es malo incluso lo bueno es justamente por ese motivo que digo que el regalar y regalar sin parar, todo el tiempo, sin motivos está mal. En este caso el síndrome del niño hiperregalado aparece durante todo el año, aunque se potencia, por decirlo de alguna forma, en momentos puntuales como cumpleaños, Navidad o reyes.

 

Los pequeños que tienen este síndrome no con capaces de valorar lo que reciben y solo quieren recibir mas y mas regalos. Esto tiene consecuencias, en realidad cada cosa que hacemos los padres repercute en lo que sería la educación de nuestros hijos. Nuestro trabajo es fomentar valores los cuales a lo largo de su vida le guiarán.

 

Entonces el regalar de más a los pequeños tiene consecuencias negativas en el desarrollo y en la educación y estas pueden ser:

 

1-Caprichos

2-No valorar las cosas

3-Se vuelven consumistas

4-Los hace egoístas

5-Falta de creatividad

6-Baja tolerancia a la frustración

7-No se ilusionan, no se interesan en nada

 

Qué hacer para evitar hiperregalar

Se puede evitar que los niños sufran de este síndrome, el cual es típico por la sociedad consumista en la que vivimos actualmente. Para empezar los padres tienen que decir no, obviamente este no tiene que ser coherente y ser explicado con claridad al niño. Gracias a ese “no”, los pequeños:

 

Experimentan con sus sentimientos: los sentimientos que se dan cuando las demandas o necesidades propias no están satisfechas. Son sensaciones normales en la vida cotidiana de las personas y que tienen aspectos positivos en la crianza.

 

Ven las cosas de otra manera: Gracias a ese “no” los pequeños ven las cosas de otra manera, ven que tienen que ganarse las cosas para poder tenerlas, tienen que respetar normas para llegar a lo que quieren.

 

Obviamente no puede faltar la paciencia, habrá rabietas cuando le digas que no. Si estas tranquila le enseñas al niño que no conseguirá nada haciendo berrinches o rabietas.

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