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Vérnix caseosa del recién nacido

vérnix

Está comprobado que la vérnix caseosa protege la delicada piel de tu bebé.

 

Los bebés no nacen sonrosados como se ve en películas y telenovelas. La verdad es que vienen blanquitos y pegajosos producto de la vérnix caseosa, una sustancia semejante a una capa de grasa que se adhiere a la piel de tu pequeño.

 

Quizá no te guste la idea de que tu bebé esté cubierto  de un material grasoso de textura parecida a la del queso. Pero, es así. De hecho la palabra viene del latín ‘vérnix’, que significa barniz, y ‘caseoso’, que significa queso. Es decir, tu bebé viene cubierto de un ‘barniz’ de textura similar al queso.

 

Esta sustancia compuesta por agua, proteínas y grasa, tiene como misión proteger la delicada piel de tu bebé. ¿Has visto cómo los dedos se arrugan cuando estamos mucho tiempo sumergidos en el agua? Bueno, este barniz evita que tu pequeño salga arrugadito producto de todo el tiempo que está sumergido en el líquido amniótico.

 

Además, esta vérnix que comienza a formarse a partir de la semana número 20 de gestación, favorece la formación de la capa más externa de la piel, protegiendo a tu bebé del frío y de la deshidratación, acumulándose, sobre todo, en la espalda y los pliegues de sus piernas y bracitos.

 

Si tu bebé no nace con vérnix caseosa, o su cantidad es escasa, puede ser debido a que a partir de la semana 36 del embarazo, su producción disminuye. Si, por el contrario, sale con una gran cantidad, favorecerá el mejor deslizamiento por el canal de parto.

 

Cuando el bebé ya ha nacido, conviene dejar que la vérnix caseosa vaya desapareciendo por sí sola, con el fin de mantener al niño con su protección natural.

 

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